sábado, 2 de mayo de 2015

Crónica de un viaje: 3.178 km para estar junto al "Fuenla" en el Nou Congost de Manresa

Existen muchas formas de querer. Infinitas vías para expresarlo. Mil maneras de hacer ver a alguien que le necesitas a tu lado. Yo, Baloncesto Fuenlabrada, elegí quererte hasta el final y darte mi aliento allí donde me necesites.


  

Amsterdam - Madrid


Amanezco en Amsterdam. Son las 6am. Mi mochila del Baloncesto Fuenlabrada me acompaña en este viaje. La he cargado de fuerzas, ilusión y esperanzas. Espero en la plataforma la llegada del tren con destino Düsseldorfd (Alemania). Me aseguro que es el correcto y entro. La aventura solo acaba de comenzar.

Volando desde cielo alemán a Madrid


Miro a mi alrededor y existen cruces de miradas con otros pasajeros. Un hombre trajeado, impecable, centra su mirada en su Iphone y recibe llamadas a cada instante. Probablemente, viaje de negocios. Al otro lado, una pareja joven con mochilas y observando mapas. Probablemente, recorren Europa en Interrail. Y yo, ¿qué estaba haciendo yo? Ah sí, viajar a Manresa. Probablemente, el único de todo Holanda, de todo el tren y de todo el avión que tenía como destino el partido de baloncesto.

Finalmente, tras 2 horas, un transbordo y un metro lanzadera llego a la Terminal del Aeropuerto Internacional de Düsseldorfd (Alemania). Una vez ahí, vuelvo a mirar que tengo mi tarjeta de embarque. No sé cuantas veces lo llegué a comprobar durante mi espera en el aeropuerto. He llegado con 2 horas de antelación respecto a la hora de embarque. No quería prisas ni imprevistos de última hora.

Aeropuerto Internacional de Düsseldorfd


Estoy en el control policial antes de dirigirme a la puerta de embarque B79. Dejo mi abrigo y mi mochila en las cajas grises de la cinta transportadora. El hombre de seguridad la coje y me preguna "¿Laptop, liquids? - Ups, seems like it's empty, isn it ?" Y contesto "There is no liquids and there is no laptop either, but it's not empty at all. This backpack is plenty of passion, sir". El hombre sonrió y asentó con la cabeza. Recojo mis cosas y compruebo nuevamente en las pantallas que mi puerta de embarque sigue siendo la B79.

Aquí llega un momento de incertidumbre bastante importante. La hora de embarque es a las 11.40am. El vuelo es a las 12.10am, pero a las 11.37am no hay nadie en el mostrador, las pantallas no indican nada sobre el vuelo y las miradas intranquilas entre los pasajeros se multiplican. Compruebo nuevamente la situación de vuelo, y no se indica ni que se haya retrasado ni que se haya cancelado. En todo caso, es muy raro que no hubiera nadie a solo 3 minutos del inicio del embarque. Al final, las dudas se disipan cuando a las 11.40 exactas aparecen los trabajadores y comenzamos a embarcar.

Fuenlabrada - Manresa


Viaje tranquilo y pensativo. Imágenes en mi memoría del inicio del día. El tren ya quedó atrás, el avión está a punto de aterrizar. Las horas pasan y el objetivo está más cerca. Me he imaginado el partido varias veces. Esa canasta ganadora sobre la bocina, ese parcial de 0-15 que rompe el partido...Aterrizo en Madrid - Barajas y ya solo falta llegar a casa: Fuenlabrada. 

Es viernes, 10 am, estoy en el Fernando Martín y dos autobuses con 100 personas sale con dirección al Nou Congost de Manresa. Lo he conseguido, estoy donde quería. No importa lo que haya costado ni lo cansado que pueda estar. Mi objetivo era que mi garganta y mis aplausos estuvieran presentes en el partido, cerca de los mios, cerca de mi segunda familia. 

Pabellón Nou Congost de Manresa


El partido salió mal, muy mal. No entramos con esa energía y concentración necesaria cuando te estás jugando una final por la permanencia. Ellos salieron con mordiente y nos terminaron comiendo. Estas cosas pasan. No quieres que sucedan y has trabajado para que no ocurran, pero el baloncesto es así. Cuando no te sale nada, nada más puedes hacer. 

Lo importante era demostrar al equipo que la afición sigue ahí, a su lado, y que pase lo que pase, seguiremos viajando juntos sea a donde sea. Al finalizar el partido, teníamos la obligación de aplaudir a los nuestros y darles nuestro apoyo. De nada sirve lamentarse o dar la espalda al equipo. Esto no ayuda a ninguna de las dos partes. Quedan 3 partidos y aún hay esperanzas.

Manresa - Fuenlabrada

Viaje de madrugada en autobús. Todas las fuerzas y las engerías están al límite. Ya no pudes más. La derrota hace el regreso aún más duro. Solo queda pensar que tú, has estado ahí. Que hemos caído de forma merecida y que aún quedan 3 finales más. A las 6.30 am llegamos de nuevo al Fernando Martín. Son las 7am y es tiempo de dormir. Ha sido una gran experiencia, como siempre, estar de nuevo viendo a tu equipo y apoyándole en estos momentos tan complicados.

Reflexión de despedida

Sigo siendo ese niño que en el año 2001 fue por primera vez a ver un partido del Baloncesto Fuenlabrada y que, ahora, aún te sigue y lo seguirá haciendo allá donde estés. Aún recuerdo la temporada 2011/12 con Salva Maldonado como entrenador y con los Ayón, Valters, Batista, etc. Ese año conseguimos el pase para el play off y solo perdimos dos partidos como locales en toda la liga. Lo primero que dije fue: "Acordaros de esto y celebrarlo como un título. Quizá pasen 10 años o no lo volvamos a ver nunca más".

Nunca olvidemos de donde venimos y quiénes somos. Entrar en Copa del Rey y Play Off son las excepciones. Estar donde estamos ahora, es nuestro día a día. La esencia de este club es su afición y la filosofía del trabajo diario. Espero y deseo que el Fernando Martín vuelva a ser ese pabellón ruidoso e incómodo para cualquier equipo visitante, que tenía que sudar sangre para arañar un triunfo.

Me siento muy orgulloso de haber crecido a vuestro lado. Volveré a hacer los kilómetros que hagan falta para daros mi apoyo. Las distancias solo existen sino sabes saltearlas. Solo los conformistas o los cobardes no las derriban. Ha llegado la hora de los valientes. Creer en vosotros y saber que, ahí afuera, vamos a ayudaros a conseguir la permaencia. Os quiero cabrones. ¡Aupa Fuenla!

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