domingo, 2 de diciembre de 2012

Gladyr y su canasta en la prórroga a tres décimas del final dan el triunfo al Fuenlabrada

Valters también fue clave en la victoria. /Fran Martínez
Baloncesto Fuenlabrada ganaba por 19 al descanso en Valladolid, pero los locales, con cinco triples seguidos en el último cuarto llevaron el encuentro a la prórroga. Al final, victoria fuenlabreña por 102-104. Feldeine -31 puntos-, el regreso memorable de Valters -4 triples- y el tiro de la victoria de Gladyr, los más destacados de los visitantes. Nacho Martín -26 puntos y 31 de valoración- el mejor de los pucelanos.

Tensión, incertidumbre, espectáculo, sufrimiento, alegría, tristeza. Todo, el partido entre Blancos de Rueda Valladolid y Baloncesto Fuenlabrada se puede calificar como una verdadera joya baloncestística. Como diría Pepu Hernández: “BA-LON-CES-TO”. El partido tuvo acciones espectaculares, triples imposibles, jugadas de pizarra y, además, todo un mundo de sensaciones que envolvieron a ambas aficiones para hacer de una tarde de sábado toda una fiesta por y para el baloncesto.

Los visitantes salieron muy enchufados en ataque. Colom y Feldeine -8 y 10 puntos en el primer periodo respectivamente- guiaron a su equipo que pasó del 17-16 para Blancos de Rueda al 23-31 con el que terminaron los primeros diez minutos. Valladolid necesitaba frenar la sangría fuenlabreña.

Recital fuenlabreño

Sin embargo, el inicio del segundo cuarto no hacía presagiar grandes cambios. Parcial de 0-11 para los de Trifón Poch y el resultado que comenzaba a ser preocupante para el cuadro local (23-42). Blancos de Rueda tardó seis minutos en anotar la primera canasta del segundo cuarto. Fuenlabrada estaba agobiando a su rival mediante la defensa. Un contragolpe con canasta sobre la bocina de Gladyr dejaba el partido muy cuesta arriba para los hombres de Roberto González.

Sin embargo, en baloncesto nada está decidido hasta el pitido final. El arranque del tercer cuarto fue totalmente diferente para los intereses de ambos equipos. Fuenlabrada estaba nulo en ataque –seis puntos en siete minutos-, y los pucelanos, a base de casta y buenas acciones en ataque lograron reducir las diferencias hasta los ocho puntos (57-65). Los aficionados vallisoletanos comenzaban a creer en la remontada, mientras que los 200 fuenlabreños que se desplazaron para animar a los suyos comenzaban a dudar del triunfo.

Reacción desde el triple

El último periodo será recordado por mucho tiempo. Fue baloncesto en estado puro. Cualquiera que estuviera en el pabellón no podría dar crédito a lo que veía. Valladolid anotó la friolera de 35 puntos en diez minutos, mención especial al clínic de tiro que dio desde el 6,75 con cinco triples consecutivos, que iban hundiendo poco a poco la moral fuenlabreña, tanto de su rival como de los aficionados naranjas. Aquí el jugador destacado fue Nacho Martín, autor de tres triplazos –los tres que metió en todo el partido-. Curioso que al descanso los locales registraron un 0/7 en triples y, en cambio, en poco más de tres minutos enchufaron cinco seguidos.

Los últimos dos minutos de encuentro ya fueron de absoluta locura. Los aficionados alucinaban. Fuenlabrada tuvo el partido ganado y ahora lo podía perder, Valladolid fue a remolque todo el encuentro y ahora lo podía ganar. Dos sensaciones diferentes con un mismo objetivo, lograr la victoria fuera como fuera. Blancos de Rueda se puso por delante tras casi todo el partido por detrás a falta de 43 segundos (90-89), gracias a un 2+1 de O’Leary -15 puntos, 12 rebotes, 26 de valoración-.
Pero apareció la clase letona, el mítico Kris Valters que, en su debut por tercera vez con la camiseta fuenlabreña clavó un triple que ponía a los suyos 90-92. Al final, una canasta de David Navarro, que se marcó un auténtico partidazo -15 puntos, 9 asistencias, 23 de valoración- llevaba el partido al tiempo extra.

Minutos de infarto

En estos cinco minutos Valladolid se puso por encima 96-93 y, cuando todo hacía indicar que el partido podía decantarse de lado pucelano llegó el gran error que los dejó sin saborear el triunfo: fallaron cuatro tiros libres seguidos que dieron vida al ‘Fuenla’ para situarse 96-99. Y, entonces, cuando parecía que los visitantes por fin podrían cerrar un encuentro que tuvieron casi ganado, fallaron varios ataques y, a falta de 50 segundos, triplazo de Tripkovic en la cara de Gladyr (99-99).

La película de intriga continúa. Valters recibe falta y solo anota un tiro libre, pero el canterano fuenlabreño Javi Vega captura el rebote en ataque –el primer en todo el partido-, recibe asistencia de Valters y anota dos puntos desde cinco metros –sus únicos puntos de la tarde- (99-102). Parecía cerrado con gran acción de Vega pero, aún le quedaba otra bala en la recámara a los pucelanos, que se encargó de materializarla Jordi Grimau que, libre de marca, clavó el triple (102-102). Restaban diez segundos, la segunda prórroga ya se respiraba en el ambiente pero de nuevo Valters pasó a Gladyr y, este, desde casi el triple y en la esquinita, se levantó y anotó la canasta decisiva a falta de tres décimas para el final. Aún así, en ese tiempo Grimau lanzó desde su campo y el balón tocó el aro fuenlabreño.

Final de la historia. Complicado de transmitir con palabras la magia de este deporte. Cuando quiere ser emocionante no hay ningún otro que lo supere. Al final, el vencedor fue Fuenlabrada, pero el mismo mérito lo hubiera tenido Valladolid por creer siempre en la remontada y dar la cara hasta el final. Con este triunfo, Poch se estrena como entrenador fuenlabreño, mientras que Valladolid sigue en la zona media de la tabla con cinco triunfos y cinco derrotas. Un diez para ambos equipos por el espectáculo que ofrecieron. Esto es BA-LON-CES-TO.

Ficha técnica


102 - Blancos de Rueda (23+11+23+35+10): Renfroe (9), Navarro (15), Tripkovic (14), Martín (26), Hunter (15) -cinco inicial-, Mohammed (-), Grimau (8), O'Leary (15), Cizauskas (-) y Sinanovic (-).

104 - Baloncesto Fuenlabrada (31+22+12+27+12): Colom (15), Feldeine (31), Gladyr (14), Mainoldi (9), Sené (4) -cinco inicial-, García (10), Valters (15), Laso (-), Muñoz (4) y Vega (2).
 

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